Las islas de Europa tienen una magia sumamente particular. A veces son como un continente en miniatura; otras, auténticas joyas del mar frente a la costa. Es por eso que hoy te invitamos a conocer estas siete islas mágicas europeas que deberías visitar alguna vez en la vida.
1. Astypalea, Grecia
Petaluda, que significa «mariposa», es como llaman los griegos a esta isla. Y es que, vista desde arriba, Astipálea tiene la forma de una mariposa con las alas abiertas. Esta isla del Egeo griego se mantiene a salvo, por ahora, de las grandes masas de turistas. El puerto principal es Jora, con sus casas blancas que van subiendo por la ladera hasta la cresta del monte. Aquí la plaza del pueblo ofrece terrazas a la sombra y unas vistas magníficas.
2. Schiermonnikoog, Países Bajos
Schiermonnikoog es un refugio tanto para quien necesita desconectar, como para animales marismeños. Y es que son más de 300 las especies de pájaros que acuden cada año para reproducirse, mientras que en ciertos tramos de la costa se ven focas. Los turistas no pueden entrar con coche. La acumulación de arena ha hecho crecer tanto a esta isla hacia el este, que, de no ser porque desplazaron la frontera administrativa, habría invadido el territorio de la provincia aledaña.
3. Monte Isola, Italia
Esta es la mayor isla de agua dulce del sur de Europa. La imponente Monte Isola supera los 400 metros sobre el lago de Iseo. (En el 2016, los Floating Piers del artista Christo la conectaron con el continente.) En esta isla sin coches se celebra cada cinco años la fiesta de la Santa Croce, en la que los habitantes de la localidad de Carzano cubren los caminos y las calles con cientos de miles de coloridas flores de papel.
4. Islas Lofoten, Noruega
Es como si en cualquier momento fuese a aparecer un elfo o un trol. No cabe duda de que el archipiélago de las islas Lofoten tiene el poderío de los paisajes legendarios: verdes montañas que se yerguen sobre el mar formando islas, altiplanos con oscuros y misteriosos lagos que no hace falta ser muy fantasioso para comparar con ojos de gigantes, y solitarias playas de arena entre escarpadas rocas.
Las rojas casas de pescadores, hoy en su mayoría ocupadas por veraneantes, son motas de color en las exiguas franjas costeras de estas islas e islotes, en total 80.
5. Guernsey, isla de Inglaterra
Esta es la segunda isla más grande del canal de la Mancha después de Jersey. Estas islas deben su clima benigno y una vegetación mediterránea de palmeras, bananeros y cipreses a su situación de cobijo y a la corriente del Golfo. En Guernsey los amantes de la naturaleza encuentran una espléndida red de caminos y muchas playas preciosas.
6. Isla de Porquerolles, Francia
Esta isla de la visitadísima Costa Azul, a la que tampoco se permite acceder con coche, no solo es la mayor del archipiélago de Hyères: también es un magnífico espectáculo natural que, aun sin carecer por completo de turismo, sigue a la espera de ser descubierto. Cerca de Porquerolles, hacia la mitad de esta isla con forma de arco, están las mejores playas; las escarpadas costas del sur ofrecen unas vistas fantásticas. El vehículo ideal para explorar esta isla es la bicicleta.
7. Islotes de Estocolmo, Suecia
El singular jardín de islotes de Estocolmo no dista más que 80 kilómetros del centro de la capital. Los suecos aman este cúmulo de millares y millares de islitas, y realmente se diría que han construido una colorida casita veraniega prácticamente en cada una. También los turistas sucumbieron hace mucho al encanto de estos islotes. Optar por el kayak es una idea magnífica, aunque naturalmente también lo es dar paseos, pescar con caña o bañarse.
Yuniet Blanco Salas