Siempre vamos tras lo más impresionante de todo el mundo. Lugares que nos hipnotizan con su belleza, su imponente arquitectura o por ser el lugar de sucesos históricos que han marcado la vida de la humanidad.
Pero… ¿cuál es, objetivamente, la ciudad más bonita del mundo? Sabemos que cada quien tendrá una opinión diferente, pues la belleza no radica siempre en lo superficial, sino en los sentimientos que creamos hacia ciertos lugares que nos embelesan. Sin embargo, la ciencia opina diferente.
Según un reciente estudio científico sobre arquitectura sí se pueden catalogar las ciudades más y menos bellas del planeta.
¿Cómo? Comparando la estructura de las ciudades con la Proporción Áurea, una medida matemática de origen griego muy utilizada en el arte por su armonía.
Es bajo esta premisa con la que se ha elegido cuál es la ciudad más bella de todo el planeta, según la armonía de su arquitectura. La elegida ha sido Chester (Inglaterra), una ciudad de la que posiblemente no hayas oído hablar, pero que es la más bonita para la ciencia.
Chester, la ciudad más bonita del mundo
Aunque resulte sorprendente esta es, según la ciencia, la ciudad más bonita del mundo. Se encuentra al noroeste de Inglaterra, fundada como fortaleza romana en el siglo I d.C. Y sí, esta ciudad ocupa un puesto por delante de ciudades como Roma o Venecia, pero hay que fijarse en los criterios matemáticos.
Un grupo de expertos en arquitectura determinaron, gracias a la proporción áurea, que métricamente tiene una proporción de 1:1,618. O lo que es lo mismo: se ajusta en un 83,7% a esta proporción matemática, siendo la de mayor peso de todas.
Esta preciosa ciudad se levanta sobre lo que se llama Deva Victrix, el mayor fuerte del imperio romano en Gran Bretaña. Es por eso que se consolida como una de las ciudades imprescindibles del Reino Unido para amantes de la historia.
Lo podemos apreciar en su anfiteatro romano, parcialmente excavado y que es el más grande de todo el Reino Unido. De hecho, fueron los romanos los que levantaron las murallas de esta ciudad, salvo por algunas restauraciones como la del rey Guillermo I en plena Edad Media.
Estas murallas visitables son las más largas de todo el país, con más de 3 kilómetros de distancia.
De todas maneras, sea como sea, la belleza se encuentra siempre en los lugares donde uno tiene recuerdos nítidos de ser feliz, diga lo que diga la ciencia.
Yuniet Blanco Salas